Hoy recuerdo tu despedida, esa que día a día queda en el aire por que no pude hacerlo de la manera que deseaba.
NO, no pude Juan, no pude y aqui estoy intentando hacerte llegar que me duele.
Me duele el no poder haberte mirado a los ojos.
Me duele el no poder haberte visto a lo lejos y verte aproximarte con tu mano en el bolsillo.
Me duele no haberte visto frente a mi, haciendome reir con tus comentarios.
Me duele no haber notado tus manos en la parte de atrás de mi cuello como solías hacer. Ni siquiera puedo saber si eras de manos calidas o frias por mi mismo, sino por definiciones.
Me duele tenerme que basar en palabras para saber de ti, y no de hechos junto a ti.
Me duele sentirte. Sentirte tan adentro y no poder haberte dado un abrazo.
Me duele el pensar que esta isla que tanto te gustaba, y tu a ella, no será pisada para que este majorero te dé una bienvenida.
Me duele el no poder describir tu olor, tu tacto, o tu voz.
Me duele que no puedas ver como tu nieto me hace plenamente feliz.
Me duele tu ausencia Juan, tu ausencia me mata.
Te noto muy adentro.
Y si, ver tus fotos me hacen sentir algo que no puedo describir.
Solo te doy GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por haber sido cómplice del destino, y antes de tu "HASTA LUEGO" me hayas brindado algo de tu sangre para compartir el resto de mis dias.
Dicen que Daniel y tú sois una gota de agua. Pues me encantará pasar años junto a él y pensar que es el hombre que me ha hecho feliz todos esos años, pero tambien pensar que tras esos ojos, ese cuerpo y alma, estás tu cuidando de él.
Donde quiera que estés ruego que me esperes en el camino, por que, esto es un HASTA LUEGO.
Espero verte dentro de MUCHOS MUCHOS MUCHOS años vividos, al menos como tú. Pero VERTE de una vez por todas.
Te llevo conmigo.
Eras, Eres y SERÁS un gran hombre infinitamente.
Atentamente, tu nieto Ayose.
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